“El miedo a la pérdida y la incapacidad de afrontarla siempre ha estado presente en mi vida, desde la pérdida de lo material hasta la pérdida de mis seres queridos. En algunas ocasiones he sido esclavo de experiencias, gente o proyectos que no me hacían feliz o no eran coherentes con mi manera de ser. En otras, el miedo me limitaba el gozo del amor de manera inconsciente.  Fue precisamente en el momento que relacioné el miedo con la incapacidad de amar plena y profundamente que pensé que necesitaba ayuda porque vivir así no es vivir del todo. Me daba pereza hacer una terapia más porque he hecho cientos y porque lo que necesitaba en ese momento era ser comprendido a nivel intelectual, psicológico-emocional, incluso espiritual. Neus, me aportaste una experiencia que abarcó todos los niveles que yo necesitaba también abarcar, abrazar y comprender. Mi proceso era un proceso que iba más allá de la sanación puesto que mediante ella, me estaba volviendo a definir como persona en todo su completo. Como profesional, como hijo, como hermano, como amigo, como amante. Me diste la escucha adecuada porque tu escucha no solo era sin juicio alguno y con comprensión absoluta sino además bañada de un amor y una aceptación incondicional profundos y muy conmovedora. Das métodos y herramientas porque en lo práctico sabes muy bien lo que haces, pero tu experiencia humana y como terapeuta van más allá de lo tangible. El proceso contigo permite no dejar nada de lado, nada en la sombra, nada olvidado. Todo en tu proceso cuenta. El trabajo, el amor, la familia, las creencias, el pasado, el presente, el aquí y el más allá. Actualmente siento que el miedo persiste, que sigue formando parte de mi personalidad, que es algo arraigado en mi ADN, pero lo manejo de manera diferente.”

Albert